No desaparecí, sólo estoy ocupándome de lo que debería haberme ocupado desde el principio de marzo pero que por haberle dado importancia a cosas que quizá no lo ameritaban, dejé en segundo plano. De todas formas, quien quiera encontrarme, sabe cómo hacerlo.
No olviden que los quiero a algunos y a otros no, pero tampoco olviden que todos deberían ponerse a sí mismos en primer lugar (no hagan como yo), ser un poco egoísta no es malo. Además, después se van a arrepentir por no haberlo sido, porque en general la gente es así y ustedes van a sentirse unos pelotudos después.
Día a día trato de incorporar a mi vida lo que aprendo de ella para poder evitarme ciertas cosas "malas" o "feas". Día a día trato de cambiar cualidades o actitudes, trato de convencerme de algo para llegar a creérmelo. El problema está en que, justamente, cuesta vida.
Es muy jodida la idea de que todos necesitamos interactuar con gente. Ojalá no fuera una necesidad, sino simplemente una elección, de esa manera, podríamos elegir quedarnos con los pocos que valgan la pena sin sentir soledad. Es horrible estar solo, aunque es muy cierto que mejor solo que mal acompañado. En definitiva, aunque a veces no nos queda otra opción que compartir tiempo con gente despreciable e intrascendente, siempre está nuestro cable a tierra que le quita el peso a la mochila. No quisiera involucrarme con lo que escribo ni hacerme cargo de nada, pero yo tengo mucha suerte en ese sentido, porque mi cable a tierra produce que vuelva a confiar en mí cuando mi autoestima se derrumba (soy segura pero es imposible no dudar, es imposible no flaquear un poco ante la adversidad) y cuando me harto del mundo; y yo le produzco lo mismo: por eso nuestro vínculo es irrompible. Confiando en mí hace que vuelva a confiarme yo misma, quizás por eso de antemano sabe que yo puedo, que las cosas van a salir bien porque yo puedo... y yo puedo gracias a su compañía y viceversa ("El mundo sigue así, tan terrible y abrumado que sentirte a mi lado me hará mucho mejor...")
En fin, no hay nada como la seguridad... no hay nada como la fuerza de voluntad, la perseverancia. Esa persona, de hecho, cree que una de mis mayores virtudes es la perseverancia.
Si se quiere algo con convicción hay que luchar por eso hasta cuando se atraviesa la barrera de la felicidad. No hay que dejar de ser feliz, hay que buscar siempre el bienestar, aunque nunca aprendí tanto como con el dolor....
Son cosas sueltas, poco claras quizás, pero que de algún modo me dieron ganas de decirlas. Creo que últimamente hay muchos cambios en varios ámbitos, cambios proporcionales al transcurrir del tiempo... qué poderoso es el tiempo, sólo él puede crear o destruir alianzas, crear o destruir personas... crea y destruye. Nosotros sólo podemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que la balanza se incline hacia la creación o a la destrucción de lo doloroso, lo inútil, lo inservible...
Después de todo, esta es una de las ideas que me mueven a levantarme día a día: persevera y triunfarás (incluso aunque no siempre se da de esa manera)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Buscaba en google "es imposible no flaquear", así, entre comillas, y di a parar aquí. Me gusta este blog.
ResponderEliminar¿Cómo trabajas con la seguridad, como la "aseguras"? ¿Cómo canalizas la fuerza?