lunes, 17 de mayo de 2010

El futuro llegó, hace rato...

Hace un tiempo, si me preguntaban, yo respondía que nunca iba a pasarme a mi. A mi nunca nada me iba a poder hacer dudar de una decisión una vez que había sido tomada. Justamente a mi, tan segura y confiada de mi, tan conocedora de todas mis virtudes pero también de mis defectos y de mis carencias. Tan convencida de qué era lo que esperaba de la vida, del camino que iba a tomar, de lo que aspiraba a ser, del futuro que quería tener.
Una parte de mi sigue pensando de esa manera. Incluso si miro hacia atrás, creo que he cumplido con casi todos los objetivos que me propuse alguna vez, claramente aún hay algunos en el tintero pero pueden esperar. Pienso que cuando uno realmente desea algo con toda la fuerza de su voluntad, de alguna manera, "todos los caminos conducen a Roma": se termina logrando lo que se quiere. Decisión. Voluntad. Seguridad. Confianza. Y por sobretodas las cosas, "sin esfuerzo no hay progreso"
Pero por otra parte, hay una señal de alarma interna... algo me dice que me detenga un segundo y me fije si realmente estoy yendo hacia donde quiero ir. La verdad es que tengo tanto miedo de estar equivocandome de camino, de no estar tan segura de la confianza que tengo de saber lo que quiero y de que finalmente termine en un lugar en el que nunca quise estar, conformándome con una vida que nunca quise tener. Toda mi convicción puesta en un proyecto de vida, un camino que creo que tomé para bien y que al fin y al cabo, no sé si finalmente va a conducir a lo que yo quiero para mi. ¿Y estoy tan segura de lo que quiero para mi? En un principio, sí. Creería que sí... ¿ Y mañana voy a querer lo mismo?
Es una incertidumbre muy dificil de aceptar, con la cual se debe convivir. El miedo que genera la incertidumbre es mucho, pero también genera expectativa de seguir, y en especial, provoca un gran aprendizaje, un ímpetu y una voluntad de lucha por conseguir eso que tanto queremos. Si no quisieramos nada, si no tuvieramos un proyecto de vida, una ilusión o una esperanza, no habría nada por lo que esforzarse. Ninguna meta a la que llegar.
Por eso trato de relajarme un poco, tener la mente abierta y despierta y lo que tiene que venir, llegará.

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